La prevalencia de la miocardiopatía amiloide por transtiretina (ATTR-CM) sigue siendo incierta, aunque estudios recientes han mejorado la detección gracias al uso de gammagrafía nuclear con tecnecio. En pacientes mayores de 60 años con insuficiencia cardíaca y fracción de eyección preservada (ICFEp), la prevalencia de ATTR-CM varía entre el 1.3% y el 16%, dependiendo del grupo estudiado. Esta enfermedad multisistémica puede manifestarse con síntomas neurológicos, musculoesqueléticos y oftalmológicos, además de la insuficiencia cardíaca (IC), que es su presentación más común. En los pacientes, la IC avanza desde intolerancia al ejercicio hasta síntomas biventriculares más graves. Sin embargo, la ATTR-CM suele ser mal diagnosticada como ICFEp debido a su presentación fenotípica similar.
Otras comorbilidades en el anciano pueden dificultar su reconocimiento por ejemplo la fibrilación auricular (FA) y la neuropatía periférica. Las manifestaciones autonómicas que acompañan esta patología como la hipotensión ortostática, síntomas gastrointestinales, síndrome del túnel carpiano y fatiga agravan el pronóstico. Este último es uno de los síntomas más debilitantes.
El manejo de la miocardiopatía amiloide por transtiretina (ATTR-CM) incluye terapias para síntomas para IC, arritmias y tromboembolismo. Los adultos mayores presentan complicaciones relacionadas con la polifarmacia. La FA es prevalente y su tratamiento puede ser problemático en esta población. Tafamidis es el único fármaco aprobado para la ATTR-CM, mostrando eficacia en etapas tempranas de la enfermedad. Sin embargo, su alto costo y falta de resultados a largo plazo limitan su acceso. El cuidado de pacientes mayores con ATTR-CM debe personalizarse, ya que los efectos del envejecimiento varían según las comorbilidades, el estilo de vida y los factores psicosociales. La fragilidad, una condición común en esta población, es un factor clave que predice resultados adversos. Su evaluación es crucial para predecir respuestas a terapias, pero su implementación presenta desafíos debido a la variedad de índices disponibles. La Valoración Geriátrica Integral (VGI) es el estándar de oro para identificar y tratar la fragilidad, y se recomienda una colaboración interdisciplinaria entre cardiólogos y geriatras para optimizar el manejo de estos pacientes complejos. Evaluar la fragilidad es clave para optimizar el tratamiento. Mejorar significativamente la calidad de vida. Lo que subraya la importancia de una atención geriátrica integral en estos pacientes complejos.
MIR 3 GER Fundación Sanitaria Mollet
Selene Itzel Lira Macias
Bibliografía
Irabor B, McMillan JM y Fine NM (2022) Evaluación y manejo de pacientes mayores con miocardiopatía amiloidótica por transtiretina: cardiología geriátrica, evaluación de la fragilidad y más allá. Front. Cardiovasc. Med. 9:863179. doi: 10.3389/fcvm.2022.863179