La microbiota intestinal constituye un ecosistema que habita en el tránsito intestinal en relación de simbiosis con el ser humano, ayudando a la regulación del metabolismo, modulando el sistema inmunológico y nervioso. Se trata de un ecosistema estable, pero al mismo tiempo dinámico a la respuesta a estímulos tanto endógenos como exógenos, que pueden comportar la alteración de relación de simbiosis. A parte de estos estímulos, a lo largo de la vida se produce un cambio en la composición de la microbiota del ser humano desconociéndose con exactitud los procesos fisiopatológicos. Por esto, surge interés por conocer si estos cambios podrían estar relacionados con diversas patologías e influir en la funcionalidad y fragilidad del paciente mayor.
El objetivo de la revisión sistemática de Rashidad NM (2022), publicada en la revista “Ageing Research Reviwes” es analizar y correlacionar la evidencia vigente sobre la composición diferencial de la microbiota intestinal entre adultos mayores con fragilidad y controles sanos. Tras la aplicación de los criterios de inclusión y exclusión, se seleccionaron un total de 11 estudios internacionales: 10 estudios de casos y controles y un estudio de cohortes. La valoración de la fragilidad en estos estudios fue valorada mediante la escala Short Physical Performance Battery (SPBB), Índice de fragilidad de Rockwood, Índice en fuerza de agarre, Índice de Barthel y escala FIM (medida de independencia funcional).
Tras el análisis de los resultados, se objetivó diferencia en la composición de la microbiota intestinal, destacando en el grupo de personas frágiles la disminución de bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta (SCFA), como Firmicutes y Eubacterium. Éstas son necesarias para el correcto funcionamiento de las células endoteliales intestinales para evitar un aumento de la permeabilidad intestinal, reflejada en un incremento de la proteína zonulina. Esto permite la traslocación bacteriana patógena y el paso de metabolitos en el corriente sanguíneo, aumentado la concentración de citoquinas proinflamatorias con repercusión en la síntesis de proteínas musculares y creando un microambiente inflamatorio crónico con repercusión en el desarrollo de diversas patologías en el ser humano.
Por otra parte, se estudió la relación entre la composición de la microbiota intestinal y la reducción de la masa y fuerza muscular. Esto podría deberse al aumento de la presencia de la especia Rominococcus, Dialister y al aumento del aminoácido aspártico que altera la función metabólica muscular. Igualmente, se objetivó una disminución de especies como A. shahii, F. prausnitzii y R. inulinivorans, productoras de SCFA, conocidas por su propiedad antiinflamatoria y productoras de ATP cruciales para el recambio de las proteínas musculares. También, el hábito alimentario es un factor que puede influir en la composición de la microbiota, observando más diversidad en aquellas personas con ingesta baja en grasas y alta en fibra.
Por tanto, se puede observar la influencia de la microbiota intestinal en la repercusión de la situación funcional del paciente, ya que parece ser que el hecho de existir más concentración de una especie de bacterias que otra conlleva a un estado proinflamatorio crónico con repercusión en el desarrollo de patologías y mayor riesgo de desarrollar fragilidad en el paciente mayor. Este punto podría ser clave para en un futuro desarrollar medidas basadas en microbioma, modificación dietética o aportes de suplementación, con el objetivo de reestructurar el ecosistema intestinal, prevenir y mejorar el transcurso de las enfermedades ocasionadas. No obstante, es necesario realizar más investigación y evaluar las medidas terapéuticas en la práctica clínica.
Ref: Rashidah NH, Lim SM, Neoh CF, Majeed ABA, Tan MP, Khor HM, et al. Differential gut microbiota and intestinal permeability between frail and healthy older adults: A systematic review. Vol. 82, Ageing Research Reviews. Elsevier Ireland Ltd; 2022.
Aránzazu Palací Amat
Médica residente de segundo año de Geriatría, Servicio de Geriatría del Hospital del Mar, Barcelona.