La situación epidemiológica de envejecimiento de la población requiere que el manejo preventivo de la fragilidad sea una de las prácticas a implementar en el sistema. Este hecho tiene un potencial impacto sobre el bienestar de las personas, al mejorar el estado de salud con la prevención de la discapacidad. A la vez las intervenciones en personas mayores frágiles pueden incidir en la sostenibilidad del sistema, ya que esta población es una de las de más riesgo de convertirse en gran consumidora de recursos, debido a la cascada de complicaciones asociadas a la progresión del riesgo de morbimortalidad.
Presentamos un trabajo cualitativo liderado por un grupo de investigación enfermera italiano y publicado en la revista International Journal of Older People Nursing, que tiene como objetivos explorar las visiones y vivencias en fragilidad de los profesionales de Atención Primaria que trabajan con personas mayores en la comunidad. Se construyeron cuatro grupos focales multiprofesionales formados por 33 profesionales (enfermería, medicina, trabajadores domiciliarios, fisioterapeutas y trabajadores sociales). Se exploraron las experiencias en detección temprana y en el abordaje de la fragilidad.
Como factores relacionados con la fragilidad de las personas mayores, los profesionales destacan la interrelación de la soledad y otras condiciones sociales, la comorbilidad, la discapacidad y el final de vida. A menudo los miembros de los equipos no han recibido suficiente formación en el manejo de la complejidad en los currículums de sus disciplinas.
Hay diferentes temas que destacan de este trabajo:
• La fragilidad física es considerada en muchas ocasiones por los profesionales como parte del envejecimiento. En este sentido, hay que aumentar la formación de los clínicos, sanitarios y sociales, para detectar los síntomas físicos incipientes.
• La detección de la fragilidad menudo llega tarde: en muchas ocasiones cuando se plantean intervenciones estas ya no pueden revertir muchas complicaciones establecidas.
• Hay que tener en cuenta la naturaleza psicosocial de la fragilidad: hay otros factores que van más allá de los condicionantes físicos o biológicos.
• Hay muchas barreras para establecer intervenciones que puedan resultar eficaces en la reversión de la fragilidad.
Conclusiones:
Si pretendemos incluir intervenciones multifactoriales en fragilidad en el marco de la Atención Primaria y en entorno comunitario, debemos desarrollar una importante labor de formación de los profesionales en las estrategias de detección de la aparición de esta condición. A la vez parece necesaria también la formación complementaria en cómo implementar las intervenciones multicomponente basadas en evidencia disponibles. Estas deberían incorporarse en el día a día de los equipos asistenciales, integrándolas en el conjunto de intervenciones preventivas que ya se hacen por los profesionales referentes.
Referencia:
Obbia P, Graham C, Duffy FJR, Gobbens RJJ. Preventing frailty in older people: An exploration of primary care professionals' experiences. Int J Older People Nurs 2019 Dec 24:e12297. doi: 10.1111/opn.12297.
Miquel Àngel Mas
Direcció Clínica Territorial de Cronicitat Metropolitana Nord, Institut Català de la Salut
Twitter: @DrMqAgMas